Cómo limpiar cualquier tipo de lápida
Te contamos de forma sencilla cómo limpiar una lápida de forma efectiva. Sigue leyendo para descubrir cómo llevar a cabo esta tarea.
Tipos de lápidas
La mayoría de las lápidas están hechas de piedras naturales, que están compuestas de sales y minerales. Los tipos más comunes de lápidas existentes en la actualidad están hechos de arenisca, granito, mármol y piedra caliza. Debido a su facilidad de mantenimiento, las lápidas de bronce se están volviendo más populares en los cementerios, especialmente en los parques conmemorativos.

Pasos para la limpieza de lápidas
- Una lápida debe limpiarse y mantenerse con cuidado para evitar que se raye o se deslustre. Por lo tanto, es mejor usar un cepillo de cerdas suaves, un raspador de plástico o una barra de artesanía, en lugar de un cepillo de alambre o una almohadilla abrasiva.
- Además, se debe evitar la limpieza con detergentes que contengan compuestos como bicarbonato de sodio, cloruro de sodio, sulfato de sodio, carbonato de amonio y fosfato trisódico, ya que contribuyen a la acumulación de sales solubles debajo de la superficie de la piedra.
- Recuerda lavar la lápida desde la parte inferior hasta la parte superior para minimizar las rayas y manchas. En cuanto al detergente, no uses un limpiador doméstico como jabón, bórax, Fórmula 409, ácido muriático, ácido fosfórico y otros ácidos y bases fuertes, ya que tienden a ser corrosivos.
- Puedes usar un detergente no iónico (mezcla un poco de detergente en cuatro litros de agua) porque a diferencia de la mayoría de detergentes, no causa la deposición de sales solubles en la lápida.
- Para limpiar lápidas de mármol o piedra caliza de color claro se puede usar una taza de hidróxido de amonio o amoníaco doméstico mezclado en cuatro litros de agua. Esto servirá para eliminar el crecimiento biológico, como el musgo, los líquenes, el moho, y las algas.
- Evita el uso de cloro, ya que tiende a dejar manchas de color marrón claro después de algún tiempo. El mejor y más seguro método de limpieza de una lápida es el agua. Evita utilizar soluciones fuertes de limpieza en la medida de lo posible.
- Si aparece un crecimiento de líquenes en la lápida en forma de manchas grises y naranjas, humedece el área afectada y frótala con una mezcla de una parte de amoníaco y cuatro partes de agua. Finalmente, lávalo con agua normal.
- Otro buen método de limpieza es preparar un remedio casero mezclando a partes iguales agua y glicerina (preferiblemente glicerina vegetal) en arcilla de porcelana seca hasta obtener una consistencia suave.
Recuerda: ¡el uso de materiales de limpieza inadecuados puede causar daños permanentes y no reparables en las lápidas! Nuestro objetivo es preservar la lápida, no darle un acelerador para empeorar las cosas.
