El material del que está hecho una tumba o lápida es muy importante, ya que no solo va a determinar el aspecto físico y la imagen de la tumba sino que tendrán un impacto directo en su duración, dependiendo del tipo de ambiente y clima al que vaya a estar expuesto. Para ayudaros a entender mejor lo distintos materiales de una lápida, vamos a hablaros sobre un tipo de piedra muy común en la construcción y en las tumbas: la piedra novelda.
Características y curiosidades de la piedra novelda

Su característica porosa también afecta a la durabilidad aunque ésta varía según el tipo. Por ejemplo, La Bateig Llano y La Piedra Portazgo tienen una durabilidad baja, mientras que la Bateig blanco y azul, al igual que la Piedra Almorquí son casi indestructibles y solo se ven afectadas en condiciones realmente extremas.
La piedra novelda se suele extraer de Alicante y podemos apreciar su uso en varios monumentos y construcciones emblemáticas de España como El Banco de España, El Palacio de Linares, Palacio de Comunicaciones, etc. También se utiliza mucho en las lápidas y mausoleos que se encuentran en el Cementerio de La Almudena.
¿Qué tipo de piedra se debe utilizar para una lápida?
En realidad, no hay una respuesta correcta. El tipo de piedra a escoger depende de la persona, los gustos, el presupuesto y el clima al que vaya a estar expuesta.
Sin importar el tipo de piedra o material que se escoja, la clave para que una lápida no se deteriore y dure más con el paso del tiempo es realizando un mantenimiento anual. Esto evitará que se borren los nombres de la persona y que la suciedad haga que tenga un aspecto triste y descuidado.
